sábado, 16 de abril de 2011

EL AZAR


Te levantas del sofa dormido, son los 2,30 de un jueves, subes las escaleras dormido con dificultad, te agarras a la barandilla con pesadez, abres la puerta del servicio, levantas la tapa del water, bajas la cremallera, notas que las primeras gotas de orina caen sobre la taza, tienes cuidado de no mear la tapa y.....
Sientes que el ruido de tu mujer y tu hijo no te dejan dormir, estás tirado en el suelo pero no te importa, solo quieres que te dejen dormir, una voz a lo lejos habla con el 112, sí 55 años, hombre desmayo, urgente, empieza a sentir, los ojos en blanco. Sientes el agua que tu mujer te echa sobre el rostro. Oyes a lo lejos una sirena, sube un ejército de jóvenes que parece que vienen del pub más cercano, hablan entre ellos, te preguntan que día es hoy, como te llamas, apruebas el examen con sobresaliente, te aprietan el cuello con un collarín incómodo siente que te ahoga pero no es el momento de protestar. Te atan a la camilla como a Anibal Leiter en el silencio de los corderos. Con dificultad te bajan por las escaleras. Al llegar a la calle notas el frío de la noche, por primera vez percibes que tus pantalones y calzoncillos están orinados. No te importa, has vomitado tu cena y comida y no les ha importado piensas que están acostumbrados y les pides una manta. Te entran en la ambulancia y percibes que la ventana está rota. Tendrás que pasar frío, no te importa. En el momento de llegar a Urgencias de Puerta de Hierro deben cambiarte la ropa, te quitan los pantalones orinados, los calzoncillos y en el momento de quitar la camisa observas que van a cortarla con unas tijeras pues no quieren moverte debido al collarín, en ese momento una llamada del camillero salva la prenda, no la corte dice, es de Adolfo Domínguez comenta. Al momento el resto de camilleros me voltean y salvan la prenda.

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